Quien no muestra no comparte y quien no muestra no vende. La fotografía es un arte visual y se basa en apreciar las imágenes. Hace años surgió la necesidad de incluir sellos digitales en las imágenes por buenas razones y no, no son comerciales.
Deriva su nombre del Arco de Santa Catalina, uno de los monumentos más emblemáticos de La Antigua Guatemala por su historia y arquitectura con elementos decorativos. Esta calle se ha convertido en uno de los más activos corredores de cultura y arte de la ciudad colonial.
La fotografía como todo arte y profesión demanda práctica, y uno de los lugares favoritos para ello es la ciudad colonial de La Antigua Guatemala. La belleza a primera vista facilita los comienzos en la composición, balance y color.
Como fotógrafo el cambio de rollo a digital no fue una mera etapa de cambio de equipo o el ver un nuevo catálogo de cámaras, comprar y fin. Hay recuerdos, sin duda es un cambio de era en la profesión que da para múltiples anécdotas.
Como la mayoría de profesiones que implican arte (pensemos en pintura, escritura, música, escultura, etc y entre ellas la fotografía), aquí también se sentía el ego manifestado en las fotografías.
Hay detalles por doquier y aunque al caminar por un lugar 10 personas, las 10 ven lo mismo, no es exactamente lo mismo y menos si llevamos una cámara. Agacharse, empinarse o recostarse en el marco de la puerta nos brinda vistas nuevas de lo mismo y nos ayuda a conocer más de lo que tenemos al frente. Un poco de luz basta para ver detalles nuevos, ni digamos cambiar de ángulo la fuente de luz.
Mi primer contacto con la fotografía fue alrededor de los 11 años de edad en un curso de vacaciones: cámara, lente, composición, etc. El revelado capturó mi atención, el cuarto oscuro, los tiempos en el uso de los químicos y ése algo de la fotografía blanco y negro.